Hitler se cargó a muchos, dijo contestándose a sí
mismo, pero atracar bancos mola más. Mi padre no era un tío violento, nunca
tocó a mi madre; sólo una vez. Mi historia no es la del hijo criado en un
ambiente jodido, con un padre borracho y una madre stripper que viven en un
piso pequeño del Bronx; qué va. Yo era un niño normal, como cualquier otro puto
niño de mi colegio. Fue sólo que un día mi viejo lo echó todo a perder.
No sé, le dije, a lo mejor te estás pasando, en
realidad mi padre es buen tío. Bah, entonces Hitler puede más; los buenos
siempre pierden. Justo entonces sonó la campana que marcaba el final del recreo
y el Manu se echó a correr hacia las aulas. En clase, con mis tijeras, grabé en
mi pupitre aquella frase. Los buenos siempre pierden.
porque trabajando nadie se hace rico, si así uno se hiciera rico, los burros serían los más ricos”,
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