26/7/12

XVI, de Homero

XVI de la colección "Haiku y puntitas"

Te voy a pedir un par de cosas,
que te acuestes un poco en mi pecho,
que me eches un poco de menos,
que me comas la polla
y que borres mi eco

24/7/12

El frío, el calor y la nada (Acto VI), Anónimo


Acto VI: el asesino

Allí estaba él, con su pecho y su rostro empapados en sangre; la sangre de otro hombre. Quién fuera ese otro no importa. Quién fuera él, el asesino, tampoco – quizá un niño. La navaja de afeitar sudaba las lágrimas rojas de una sangre muerta que se deslizaba por su filo y se precipitaba contra el suelo. El cuerpo del hombre degollado dormía frente al asesino y le miraba inexpresivo. No sintió compasión, no sintió lástima; tampoco era ahora más feliz que antes, ni se enorgullecía de lo que había hecho. Tan sólo quería desnudarse lo antes posible y paliar así el exasperante calor de aquel sótano oscuro.

Los poetas, en la calle, miraban arriba y abajo buscando la respuesta, preguntándose para qué. ¿Para qué?, ¿para qué? y en sus versos sólo se reflejaba esta preocupación; pero el cielo se había quebrado y la tierra estaba, desde hacía milenios, privada de toda nobleza. ¡Nihilistas!, gritaban desde sus tumbas los ancianos, ¡nihilistas! Nosotros ya os lo advertimos. Y mientras ellos se flagelaban por no encontrar el para qué, desde su sótano, el asesino se reía de ellos. No, él no tenía este problema, él no se fustigaba; pues no puede llorarse la ausencia de una respuesta cuando gozas de la ausencia de la pregunta. ¿Para qué? Ya es tarde para planteárselo.

21/7/12

Spleen, de Javier Gonzalo


1. El hastió de mi cuerpo enmudecido.

Levanta la tapia de mis sueños.

(Silencio)

Recorre las sabanas de mi cuarto.

._-.

¡No te muevas, no!

No grites el fallo en alto.

¡No te muevas, no!

Ni un segundo en toda la eternidad.

2. Ojos de mirada oscura.

-Hoy echo de menos la pureza-

Abrázate a mi pecho fuerte

y descansa una vez más, belleza.

19/7/12

Sin título, Nemo


     Hay una diosa desnuda y muerta en la cama, al menos muerta para mí de la misma manera que es bella para mí; ya la he vivido, vivido para mí. “Mi”, no conozco nada fuera de esa palabra –no creo que nadie lo haga porque sólo vivimos lo que vivimos- y sin embargo no la entiendo como posesivo, no quiero poseer nada. Ella nació hace unas horas, entre palabras confusas y borrosas por la luz de la noche, y muere aquí con la claridad del día; “maldita vieja fisgona, ¡márchate!” No recuerdo su nombre, no sé ni de sus dichas ni de sus desdichas, ni las sabré. 

     Nacemos y morimos todos los días. Nacimos en alguna calle perdida de tribunal, follamos y moriremos del todo cuando el ruido de la puerta al cerrarla tras de mí dicte sentencia; y conozco esta jueza: ¡nos dará pena capital!  No somos ni cuerpos, ni almas, ni nada; somos momentos. En fin, adiós, me largo de éste.    

     Es siempre la misma historia; no importa lo Diosa que sea, yo no soy religioso…

16/7/12

La habitación, por Marcos D.C.


    ¿Te has metido spiz esta noche?, preguntó ella. Sí, mentí. Joder, por eso no se te levanta. Se hizo un silencio muy largo. La única luz que había en la habitación era la que se colaba por la rendija de la puerta. Se oían risas y música en la sala de al lado.
   Me gusta esta canción, dijo ella por fin cuando sonó un tema de los de los Dictators. ¿Quieres que vayamos? No me contestó, se limitó a mirar a su alrededor tarareando.
  Me abroché los pantalones. Oye, dije, me voy a... Pero ella me interrumpió; ¡no me jodas!, ¿de verdad me vas a dejar así? Miré al suelo y no dije nada. Tócame las tetas, dijo de pronto, tócamelas y empieza a cascártela si quieres, tú no te cortes. Me pareció ridículo ponerme a hacer aquello.
   En fin, vamos a seguir con la fiesta si quieres, podemos intentarlo luego. A mí me pareció una buena idea; al fin se había rendido.
   Un par de horas después, ella estaba en la misma habitación con otro tío. No salieron en toda la noche, debieron pasarlo bien. Me desperté con una resaca bastante jodida.

13/7/12

Sida, por la Cierva


   La entrevista de trabajo es a las 10 de la mañana. ¡Su puta madre! ¿A quién coño se le ocurre citar a alguien un lunes a las 10 de la mañana? Son las 5 de la mañana del domingo y no me despego del wáter. El fin de semana me está pasando factura y el culo me arde después de cagar negro durante horas. No consigo dormirme y tengo una cara de espanto. ¿Qué cara se necesita para vender hamburguesas? ¿Quién coño se come una hamburguesa a las 10 de la mañana? ¿Qué tipo de respuestas necesitan oír para vender hamburguesas? Me encantaría ver la cara de mi padre si me viera vendiendo hamburguesas. Licenciada en filología hispánica. Máster en lenguas romance. Tres oposiciones suspensas. Bulímica desde los 16. Independizada desde los 20. Adicta al speed desde los 23. Adicta a la cocaína desde los 25. Adicta al caballo desde los 26. Tras un fracaso, una adicción. Dos abortos provocados químicamente. Un aborto natural. Natural a base de puñetazos en el vientre que mi querido amigo Barry se ofreció a llevar a cabo a cambio de compartir el pico que costaba el tercer aborto. Mi tercer aborto mató a Barry. Dos muertos en una misma tanda merecían una botella de wishkey y un bote de lexatín. Pero no conseguí llegar al triplete.

   Por lo menos Donovan sí que ha conseguido dormir. Si no estuviera durmiendo me estaría pegando. Dice que hasta que no deje de soñar que le voy a matar mientras duerme no dejará de pegarme, porque si lo hace, entonces le mataré de verdad. Es verdad que le mataría, pero de momento es él quien trae el caballo a casa. Donovan es ruso. Está lleno de tatuajes que no se sabe lo que son porque cuando se los hizo estaba musculado, ahora está tan delgado que para descifrar sus tatuajes hay que estirarle la piel, pero se enfada cuando lo hago porque echa de menos sus músculos. Dice que me pega para no perder la fuerza... por si un día nos tiene que defender de alguien. Yo no le  digo que cada día me duelen menos sus golpes y sigo haciéndome una pelota en la esquina de la cocina como si le tuviera miedo.

   Llego a la entrevista sin haber dormido, pero por lo menos he conseguido ducharme. Hace tiempo que odio ducharme porque las gotas de agua son agujas que se me clavan en la piel y que, después, me dejan una capa de miel viscosa que hace que se me resbalen todas las cosas que intento coger. Luego esa miel se seca y se convierte en cemento y entonces no puedo moverme hasta pasadas unas horas, que el cemento empieza a resquebrajarse. Donovan dice que tengo esquizofrenia. Me he puesto un vestido amarillo de tirantes y todo el rato se me cae el tirante izquierdo. Si no me lo subo se me acaba viendo la teta. A pesar de estar muy delgada tengo unas buenas tetas. Donovan dice que si se queda conmigo es porque nunca ha conocido a una yonki con estas tetas. El entrevistador es un hombre gordo y bajito, parece el encargado porque no lleva uniforme y me recibe con una camisa a juego con mi vestido, que en su día fue blanca. Los botones están a punto de estallar y yo creo que por eso no se sienta. Su despacho huele a tabaco rancio y me sienta en una silla mirándome desde arriba. No mira mi cara, mira mis tetas. Se pasea a mi alrededor y termina poniéndose detrás mío. Posando sus grasientas manos en mis hombros. Así que quieres trabajar con nosotros ¿eh? Empieza a bajar la mano por mi pecho y mete su cabeza entre mi pelo, aspirando con fuerza. Y estarás dispuesta a trabajar duro, ¿no? Yo no contesto, me quedo quieta. Saca su sucia mano y gira la silla con violencia, ahora puedo ver su gorda polla hincharse poco a poco y sacar la punta por la bragueta. De golpe me levanta las piernas sin ninguna dificultad y me dobla dejando al aire mi coño. Me mete su sucia polla y empieza a gimotear como  un bebé llorica. Entonces yo me echo a reír. No puedo parar de reír. Río más y más. ¿De qué coño te ríes perra de mierda?

   Tengo sida.

9/7/12

Uñas, por Sergio Escribano



     Un extraño folklore brinda al cabello, las uñas y los dientes una vida propia. Nuestro colega lo sabe y es por eso que se tensa descifrando la presencia de los dientes, el pelo y las manos entre los comentarios de la gente que le rodea, se pregunta que sienten y le dirían, o qué le dicen, porque dice que puede escucharlas y necesita otras opiniones. Está por aquí, nos vimos el otro día. Me acerqué a cenar a un bar chino bastante castizo en el que se dan escenas muy peculiares que hay cerca de mi casa, y me lo encontré mareando ideas con un canuto en la mano. Tiene la costumbre de palpar y relamer a sus amantes. Suele ser sincero, solícito y cortés, cuando la confianza le da cancha y son la mayoría de las veces, y así enriquece su colección de pelos y uñas.

     Empecé a lucir lo que había crecido mi coleccione de pedazos del mundo y salió el tema. Lleva en la cartera pequeños extractos de las últimas incorporaciones que ha hecho a su colección y también llevaba un tiempo pensando en que no conoce a nadie que comparta su inquietud. Le da bastante fatiga dar explicaciones por hablar del tema, tiende a evitar tener que darlas.

     Tenía curiosidad porque de camino, en el tren, había escuchado.
    -Mira, la colección de uñas de Mónica.
    -Dios, que puto asco.
    A las muchachas les dijo que esa amiga suya de dónde era y que si podrían darle su número para conocerla, que estaba impaciente por descubrir a otra coleccionista. Ellas, correctas y pegajosas, le dijeron que no le iban a dar el teléfono a un desconocido. Él tuvo ya de qué reírse hasta que llegó a Atocha. Pero le duró poco, no tenía ninguna motivación inmediata y empezó a darle vueltas a la actitud de las chicas.
No pudo evitar imaginarse el pelo y las uñas de las amigas de Mónica y su extravagante supervivencia, y no tenía ninguna gana.

     -Y ya está, te lo he contado y ahora me da igual. ¿Vas a comer? Te invito.
     Y el muy hijo de puta me enganchó la mano, me arrancó una uña y la escupió.

1/7/12

SÓRDIDA Y DROGADA Nº 5

Presentación:


            Un puñal atraviesa el estómago del último defensor de la Justicia. El Orden se fragmenta y sus pedazos arden en un viejo Ford que se dirige hacia un acantilado de altura inconmensurable. Alguien tira de la cadena y, junto a su mierda, la Libertad fluye entre las corrientes del laberinto de las alcantarillas. Dos cucarachas están follando sobre las obras completas de Kant. La Razón, el Deber, la Igualdad, el Hombre y sus derechos, su pretendida naturaleza, todo; está pudriéndose en un asilo, entre ancianos que se descomponen, que ya están muertos y que observan cómo su mundo sistemático se funde con la nada.
            ¿Y ahora qué? Bueno, ¿de verdad te importa? Nadie ha venido a rescatarnos; tan sólo la sordidez de una juventud chovinista y endogámica ha surgido para esclavizarte y someterte a la diversión más fascista y sucia: la que no deja elección.
Ahora la juventud, con sus drogas, con sus pollas duras y sus coños chorreantes, con su tinta inexperta y arrogante se proclama emperatriz de las tierras que han sido abandonadas.
Somos inmortales, joder. La muerte no existe porque forma parte del futuro. Somos los personajes de una novela pornográfica que nunca ha firmado nadie, manchada de café y quemaduras de cigarrillo, apestando al semen marchito de seis mil millones de pajilleros desesperados. No hay control. No hay camino a seguir. No hay nada más que un desierto esperando a ser profanado.
Ya no hay marcha atrás. Su crisis es su senilidad. Nosotros somos sus enemigos, no sus víctimas. Somos los hijos de sus hijos, su herencia, su recta final; nosotros les veremos caer, es más, les daremos el último aliento necesario para saltar hacia el abismo, hacia el olvido.
Era necesario; su odio eterno hacia el instante juvenil y drogadicto ha generado la degeneración de un ejército sádico y cruel. Estás aquí para divertirte, coño, para bailar sobre la tumba de los jueces, de tus padres y los padres de esa nada disfrazada de Dios, de Hombre.
Estás condenado, eres hijo de tu tiempo y este tiempo es pederasta. Su semilla está en tu vientre y va a salir por tu ojete. El fruto de una violación; eso es lo que tienes ahora mismo entre tus manos.


La editorial

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