Me
hueles a viejo, puta;
me
hueles a humo y a ratas,
a
colchón enmohecido
y
a humo
y
a ratas.
Me
hueles a la madera pegajosa
del
suelo de un piso en ruinas;
me
hueles a tiempo perdido
y
a humo.
Me
hueles a un verano frío,
a
ese verano en concreto
y
a sus noches empapadas en neón.
Me
hueles a viejo, puta,
y
tu recuerdo es en mi copa
un
motivo para acabarla.
Ya
me echaste de tu casa
y
ahora vuelves a la mía,
a
apestarla con tu perfume envejecido
y
el viejo sonido de tus tacones.
Si
has venido a verme, vete.
Si
quieres algo, vete.
Si
has venido, vete.
¡Vete!
Vete,
que me hueles a viejo
y
a humo gris y ratas grises
y
a colchón enmohecido
y
a madera pegajosa.
Vete,
zorra, que me hueles a tiempo perdido.
Ole
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