14/9/12

Toro de lidia, por la Cierva



 Todo estaba saliendo a la perfección.

 
 Había pillado a un buen toro de lidia y estaba lista para entrar a matar. Desde que le puse la vista encima, estuve toreándole como me había dado la gana.

 Llegamos a su casa y abrimos otra botella de tequila mientras nos quitábamos la ropa. Llevábamos una buena encima, pero aún había espacio para más.

 Esa noche iba a salir por la puerta grande con las orejas y el rabo.

 Él estaba tan cachondo que bebía para ocupar su boca y no ahogarse entre mi piel. Yo le quitaba la botella y me echaba el tequila por encima para ponérselo más fácil.

 Tenía ganas de subirme por las paredes, hacía mucho tiempo que no echaba un polvo y hacía aún más tiempo que no me encontraba con ganadería de primera.

 Me condujo a su cuarto y me tiró en la cama. Se quedó de pie mirando mi cuerpo desnudo. Yo abrí las piernas y apoyé la cabeza sobre mis brazos. Ahora me miraba el coño fijamente. Empecé a tocarme. Él cogió una silla y la colocó a mis pies. Empezó a tocarse.

 Estaba totalmente enfrascada en un placer que nacía entre mis muslos y se esparcía poco a poco, despertando cada rincón de mi cuerpo. De pronto sentí un escalofrío, una lengua húmeda intentaba echar a mis dedos para apoderarse de todo mi clítoris. Dejé el rodeo para el toro y me concentré en mis pezones.

 Mis ojos ya no veían nada y me clavaba las uñas en los muslos mientras intentaba retenerlos. No podía soportar aquello. El clímax estaba llegando y creía que me iba a morir. De pronto sentí unas ganas infinitas de gritar, trataba de contenerme, pero él también lo notaba y cada vez echaba más espuma por la boca.

 Empecé a quedarme sin aire, tomé una gran bocanada y, en el momento en el que abrí mis pulmones para expulsarlo, empleé tanta fuerza que ese aire arrastró toda la mierda de mi faringe hasta llegar a la garganta y fue el orgasmo lo que me hizo doblarme por la mitad y en vez de un grito de placer, una gran flema verde fue a parar a su cabeza. Era grande, verde oscuro y estaba envuelta en saliva espumosa.

 En cuanto vi aquel monstruo cerré las piernas con todas mis fuerzas atrapando su cabeza en mi coño. Fui incapaz de reaccionar ante aquel esperpento, no tenía un pañuelo o mi camiseta, mismamente, para limpiar aquello y las sábanas estaban a tomar por culo en el suelo. Sólo tenía mi mano y la sábana bajera para hacer desaparecer aquello, pero al pensar que después nos restregaríamos y se nos pegaría aquel moco verde y al descubrirlo tendríamos que rascarnos con la uña porque estaría seco y pegado, me entró una arcada.

 Mientras pensaba en todo esto el toro continuaba ahogándose entre mi flujo y forcejeaba con mis infinitos muslos. Cuando se desprendió de mí, el tío estaba morado. No dijo una sola palabra, se incorporó lentamente y se lanzó contra la almohada totalmente satisfecho por su trabajo.

 Me levanté y fui al baño. Eché la raba. Bebí agua y volví a rabar.

 Entré en la habitación y me vestí de espaldas a la cama.

 Abrí la puerta y eché un último vistazo. Dormía plácidamente con el gran flemón enredado en su pelo. Volví a potar antes de irme.

1 comentario:

  1. me coloco encima de una letrina, Ese bar tenia el nombre perfecto para esa supuesta limpiaculos, "letrina" era mierda con marmol. No marmol para mierda. Seguro que el dueño haci aun año le dio cosa tner que limpiar y lo fue dejando. alli estabamos,
    los dos como puercos nacidos de nuestra propia granja made in spanish, sufriendo la lava de podrido ennuestras pieles, mientras nuestros cerebros solo comian el sexo que volaba por el aire de nuestros ojos al mirarnos.
    Ella estaba mas buena que el jodio televisor en la noche cuando las tias mas "simpaticas" abren su inteligencia y muestran algo interesante a la vista. Solo que ahora, no habi aun puto cristal y demasiada publicidad en medio. Estabamos los dos, ya desnudos, y si, llenos de mierda.
    Creo que nos gusto porque fue el polvo mas jodidamente grande de mi puta y verda vida. ELla grajeando que mi polla estallara en su cadera, y yo que ella tuviera por fin razon.
    Al final. Nos pusimos por una puta vez de acuerdo. El demonio y la demonia hicieron un trato.
    limpiar toda esa mierda a base de jugo humano.
    No se si quedo muy embellecido, pero les puedo asegurar que nadie jamas echo tanto liquido junto en esa letrina antes y despues de esa noche.
    A veces, cuando cago, pienso en ella, y me hago una paja.
    es extraño. Nunca pensé que pudiera excitarme la mierda. O sera su recuerdo? no se
    no tengo ni puta idea de como es
    pero joder,
    a mucha gente le gusta la lluvia dorada, no?



    ANONIMO¡¡¡¡ E.m.ll.p.t.

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